<<< Laurent Garnier... Fantastico >>>

Uno de esos días q pasé en Chueca, entré a una tienda en liquidación a ver que se conseguía para salir en la noche y lo que encontré fue la entrada a la mejor fiesta que estado en este semestre. La experiencia electrónica más fuerte de la temporada. Aunque estoy seguro que vendrán muchas más, hacía rato no me sentía tan impresionado en una fiesta de este estilo. El maestro de la noche, nada más que LAURENT GARNIER, uno de los mejores Djs franceses de toda la historia del House. Y bueno, yo tenía reducción en la entrada así que todo salió a pedir de boca. Igual, tenía un poco de duda de ir, porque no había podido hablar con mi acompañante de la noche, una compañera de mi curso de especialización. Justo cuando la iba a llamar para que me esperara en la puerta mi móvil se quedó sin batería. Pero bueno, como el que no arriesga un huevo no gana un pollo, me lancé a la aventura y de veras que no me arrepiento de nada.
Camino a la estación Chamartín, donde quedaba el sitio, habían unos pelaos que me llamaron la atención e inmediatamente supe que íbamos para la misma fiesta. Y yo que de una voy hablando e involucrando, me hice superllave de ellos para entrar juntos y no sentirme tan incrúspido. Y no me equivoqué... Fueron mis cómpas toda la noche. El sitio se llama Macumba, más conocido como el Space de Madrid. Sonido full, pantallas por todas partes y trago no tan costoso. El sonido de Garnier se distingue por su beat cadencioso y el uso de delays y reberveraciones en los momentos más fuertes del gig. Sin embargo, un momento me causó mucha impresión. Después de un rato de bailar un house muy francés, ha detenido la música y ha soltado durante aproximadamente 30 minutos solo Jungle. Increible. A mi no es que me guste el Jungle pero ver a todo el mundo bailando y saltando, no lo pude evitar. El momento cúspide de la noche.
Todo volvió al mismo beat cadenciado hasta que se montó otro dj que no pudo superar el trabajo que hizo Garnier con mucha energía durante casi 5 horas y yo salí a las siete de la mañana con la satisfacción de haber encontrado una buena fiesta y de haber estado solo en medio del ejercito del beat. Un beat lujurioso que se portó jucioso y la pasó sabroso.