sábado, enero 27, 2007

Revival

Fue todo un proceso de reconocimiento. El sentir que tienes la música en el oído y después te das cuenta que no suena. Como un efecto de adormecedor, pero para gatos. Satán entró en mis demonios y el Gabán fue un convertidor para encontrarme con ellos. Me golpean y yo golpeo con más fuerza. Qué fuerte. Eso es lo que hay… y qué hago si no me gusta? Pues cambia. Por fin cambia. El revival pide a gritos ser uno. Ser real.
A ver que pasa.
En esta vida nada es gratis. Puede ser fluido, o disimulado, pero no gratis. La lástima a veces es la enemiga más elegante. Pero lo guarro no te quita lo macarra. O lo macarra no necesariamente te hace guarro. Te hace pobre.
Que tanto es ser pobre? O que tanto tienes para ser rico? Y que tal si eres delicioso pero no rico? O que tal si eres rico y no tienes un duro? Aún puedes ponerte duro, y seguir siendo rico pero eso no es lo que es.
Lo que es, es ser uno. O todos al mismo tiempo. Pero no dejar de creer que el universo, o por lo menos el que tienes ahí, es el que gira alrededor tuyo; sin dejar de tener presente que uno gira alrededor de un universo incierto. Al que te tienes que ubicar, para no encontrarte en un puto bar de Plutón cuando sientes que patinas en los anillos de Saturno.

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