“El PSOE denuncia el mal estado del Retiro” es el título de una nota en la Gaceta Local de Salamanca, uno de los barrios más ricos de toda Madrid, en el que el famoso parque tiene sus predios. Sus vecinos se quejan que este espacio público se encuentra sobre explotado y deteriorado a causa de los actos públicos que se ocurren a sus alrededores. Y todo porque Cibeles, una de las pasarelas de moda más importantes de España está a menos de 5 días a desarrollarse dentro sus predios después de ocupar durante los años de su existencia en el recinto del Parque Juan Carlos, casi-propiedad de Ifema –la empresa encargada de celebrar en Madrid las ferias más importantes, a la imagen de Corferias en el caso colombiano.
Medio Ambiente se queja de que ha invertido en el Retiro durante la legislatura vigente, 22 millones de euros y ha plantado aproximadamente 2.307 árboles y 36.000 arbustos. ¿Cuántas violaciones o atracos a soportado este parque en su historia de vida? ¿Cuántos madrileños de clase se han paseado por sus callejas o se han sentado en su grama a ver pasar la vida? Seguro han sido muchos en ambos casos. Pero una cosa no lleva a la otra.
Tal vez lo que pasa con el Ayuntamiento de Madrid en este caso es querer emular al Battery Park neoyorquino cuando éste celebra el Olympus Fashion Week en sus predios, o simplemente está dándole un poco de sofisticación por eso del calentamiento global, a un evento que resalta lo más frívolo y comercial de una industria en crecimiento como lo es la moda.
Pero los hechos son hechos y no se puede llover sobre mojado. La moda actualmente demanda mucho, pide mucho. El Retiro es un símbolo de Madrid y para nadie es un secreto. Y sin embargo, si Pasarela Cibeles se muda al parque es para hacerle recordar a los madrileños que antes de que se pierda una joya del patrimonio cultural propio, aunque a lo mejor no sea la mejor manera de recordar funciones, es un punto de encuentro general y de volcar a las personas a darse cuenta de su existencia y deleitarse con los parajes de una ciudad que a pesar que se encuentra en pleno crecimiento, sigue alejada de sus propios imaginarios.
No se puede comparar Madrid y Nueva York, lo sé. Pero tampoco se puede despreciar un ideal que pueda generar una respuesta ante la contemporaneidad de una comunidad que se siente en proceso de ser cosmopolita. Es un juego de arriesgar mucho para ganar poco, pero es ganar. Y las ganancias, antes que las pérdidas, dan mucha felicidad..
Bravo Cibeles. Porque ya no lloverá sobre mojado, pues al fin y al cabo habrán carpas de polietileno que cubrirán las cabezas de todos los llamados “pijos” que volverán al Parque del Retiro así sea a ver un espectáculo banal que siempre estarán dispuestos a gozar y a comprar y, que hasta al año siguiente, dará mucha satisfacción tanto a los que reniegan de su traslado como a los pocos afortunados que asistirá a ver la expresión máxima del diseño español.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario