viernes, diciembre 29, 2006

"...Pero mira cómo beben la Loka y ese Tío..."

Pues Diciembre llegó, con su ventolera señores.
Aunque en tierras ibéricas todo esté a punto de congelación, la Navidad -hoguera de vanidades hiposuperfluas- fué todo un suceso. Por lo menos para mi.
Después de cerrar con broche de oro (recamado en perlas de Sodoma y con diadema de Diamantes -are a girl's best friend... ), no podía esperar mucho menos de la nochebuena. Que además fué una pasada de copetes de la hostia.
Todo empezó (en el momento indicado... que bien) en la casa de Adri, mi Ángel. Nos reunimos a festejar esta fecha especial con cena y vino. Yo había rellenado unas pechugas para servirlas con salsa de champiñones y Adri 'se fajó' con un cous-cous de ternera FABULOSO. Yo llegúe con gorro de SantiClous, dos botellas y una caja de vino blanco y otra de rosé. Así comenzó la fiesta: bebimos de entrada para cocinar las pechugas y las marinamos en vino al mismo tiempo que nosotros nos 'marinábamos' igual. La risa en vacaciones parte 4.
Cenamos y empezó el bailoteo: al son del garabato y el torito se fué prendiendo la noche. "La gallina javá" de Noel Petro empezó a sonar y fué cuando perdímos la cordura. Nos reíamos, gritábamos, bailábamos y bebíamos vino como en tributo a Baco; faltaban los faunos. Nos dimos un fuerte abrazo de Navida y decidimos irnos a Sadar, mi bar de confianza. Nos tomamos el resto del vino que aún conservábamos. Yo estaba con el perniciómetro a toda pero la Adri ya estaba en fase J (as in Jilipollas): botaba espuma por la boca, se dormía sobre la barra y se cayó al tratarse de sentarse. En fin... la llevé a mi cuarto, hice que se acostara y yo volví abajo. Me esperaban con un Cuba Libre y la fiesta siguió puerta cerrada -como me encanta- hasta las 4h30. La resaca que tenía al día siguiente era completamente justificada, pero me quedé con la idea de que no me quedé dormido y el Niño Dios me dió la oportunidad de pasarla deli.

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