Si la noche anterior no había gente, en la mañana parecía una invasión marciana. Todo el mundo parecía listo para un photoshoot: los hombres de traje y corbata y las chicas con traje cóctel. Nosotros super desaliñados caminoteando en un turisteo único. En Sevilla hay naranjales por todas las calles y ese olor a naranja invade hasta el úlitmo rincón de la ciudad. Nos fuimos a comer algo y después a tomar el sol al lado del río Guadalquivir, uno de los más importantes de España. Tomamos un barco en la Torre de Oro (donde guardaban todo el oro de "las Indias Occidentales") y así podríamos ver Sevilla desde otro punto de vista. El puente de Calatrava imponente contrastaba con las instalaciones abandonadas de la famosa Expo Sevilla 92. Igual era precioso. Me imaginaba la exposición y no me cabía en la cabeza todas las maravillas que ahí se presentaron. Entre esas, la primera construcción de Guadua hecha por talento colombiano en uno de sus pabellones. Al llegar a puerto, todo estaba en un caos total. La pasión extrema del Domingo de Ramos hecha realidad. Muchísima gente contemplando las procesiones en un corre corre por todo el centro histórico y fué ahí donde tuvimos un Religious Breakdown.
Salimos disparados a tomar todo el equipaje y seguir en el road movie. Y ahí llegamos a Cádiz
Era como llegar a Cartagena entrando por Las Américas y tomar la Avenida Santander bordeando el mar caribe. Pero aquí era el Atlántico en pleno. Dimos una vuelta y vimos una procesión. Empezó el sentido de búsqueda individual de bienestar pero lo manejamos de la mejor manera. El sol se ocultaba y le daba paso a la noche.
2 comentarios:
mana en buenos aires hay un puente igualito y es de un español debe ser le mismo ji ji
Si.. es Santiago Calatrava.... increible
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